El botox (toxina botulínica)

El botox o toxina botulínica se comenzó a emplear en oftalmología para el tratamiento del estrabismo. En este tipo de alteración, unos músculos laterales del ojo se contraen más que los del lado contrario provocando una desviación de la mirada. Cuando los Dres Carruthers en Vancouver trataban este problema con la inyección de botox en el interior del músculo del ojo, observaban que las arrugas periféricas del ojo desaparecían. Pronto se dieron cuenta que parte del botox alcanzaba la piel.


En la piel existen fibras musculares muy superficiales que provocan una contracción involuntaria de la piel. Esto es especialmente cierto para las arrugas en las patas de gallo, en la frente, el entrecejo y otras regiones de la cara. Cuando parte del botox alcanzaba la piel, se reducían y se borraban parcialmente las arrugas.
Los Dres Carruthers (uno de ellos oftalmólogo y el otro dermatólogo) habrían descubierto el elixir de la juventud.

Pronto se comenzó a emplear el botox para las arrugas periorales, perioculares, frontales, y su uso superó con creces a otros procedimientos como los rellenos de arrugas con colágeno u otras sustancias.

El botox, que se ha aprobado para uso estético hace pocas semanas en España, se inyecta muy superficialmente en la piel, con una aguja tan fina que apenas produce dolor. A partir del día de la inyección, tarda aproximadamente 5 días en verse su efecto. Una vez establecido perdura durante 20 semanas. Quienes se inyectan botox en la piel de la cara deben realizar el procedimiento dos veces al año. Se aprecia con el botox una reducción de las arrugas, no una desaparición, puesto que esta sustancia no impide la contracción muscular sino que debilita la misma.

Apenas existen reacciones adversas, y si se producen, duran unos pocos días sin dar problemas. Existen pocos procedimientos en dermatología tan seguros como el botox.

El año pasado se realizaron en Estados Unidos más del doble de procedimientos de botox que de depilación con láser, colocándose como uno de los tratamientos preferidos por el público en general. Se generalizó la celebración de "botox parties", un tipo de acontecimiento social donde algunos médicos, en medio de un cóctel se dedicaba a inyectar a los asistentes el supuesto milagro. Los excesos siempre se pueden cometer, y en el caso del botox, siempre será necesario que se realice en las condiciones sanitarias adecuadas.

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