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Que ejercicio es el mejor para perder peso y grasa localizada

Las personas que realizan ejercicios de fortalecimiento y tonificación en un esfuerzo de eliminar grasas de una zona determinada –caderas, muslos, estómago o brazos- tienen una idea equivocado.

Mientras que estos ejercicios pueden ayudar a afirmar los músculos, si el área focalizada aún conserva una capa extra de grasa, no lucirá muy diferente.


A pesar de estar fortaleciendo tus músculos, no hay cambios visibles que puedas observar a través del espejo. La pérdida de grasa no puede delimitarse a un solo sector, ya que se encentra distribuida a lo largo y ancho de todo el cuerpo.

Por lo tanto, cuando pierdas un milímetro de grasa de tu barbilla también lo perderás en tu abdomen. Hacer 1.000 abdominales no eliminará mayor cantidad de grasas de tu abdomen.


El ejercicio cardiovascular es el mayor quemador de calorías, aunque el entrenamiento de resistencia es una gran parte de la ecuación si quieres verdaderamente eliminarlas.

Cuando construyes mayor masa muscular, lentamente incrementas tu tasa metabólica, quemando más calorías durante todas las horas del día en las que no estás realizando actividad física.

La obesidad como factor de riesgo

La esperanza de vida del obeso disminuye en relación con su sobrepeso, es decir, el sobrepeso hace que viva menos años, la mortalidad se duplica, este factor se multiplica cuando se asocian a otros factores como: tabaquismo, hiperlipemia, hipertensión arterial o diabetes.

Mayor frecuencia de enfermedades del corazón e hipertensión (10 veces superior en obesos).

Relación con diversos tipos de cáncer: en varones de próstata y colon, en las mujeres: endometrio, cérvix y mama.

Otras patologías
También está relacionado con cosas tan variadas como la diabetes, hipo ventilación pulmonar o disminución de la testosterona en varones, o infertilidad e irregularidades menstruales en mujeres.

Además del aspecto estético, que puede tener mayor o menor importancia, el sobrepeso influye negativamente en la salud y en la calidad de vida.

Está demostrado que el sobrepeso, además de elevar la presión arterial limita la efectividad de los fármacos, de tal forma que a mayor sobrepeso mayor cantidad de fármacos y peor control de las cifras tensionales. La reducción del sobrepeso es una medida esencial del tratamiento de la hipertensión, pero no es necesario llegar al peso ideal: una perdida de 3 - 4 Kg. repercute de forma importante en el control tensional. El sobrepeso es una de las principales causas de hipertensión resistente a fármacos, es decir, de hipertensión que es de muy difícil control y si usted es un hipertenso obeso debe esforzarse en adelgazar aunque este siendo tratado con fármacos antihipertensivos.

Las personas que sufren un desorden en alimentación se caracterizan por
Extremistas en cuanto a consumo de alimentos, que puede manifestarse por una pérdida severa de peso, rápidos aumentos de peso, o fluctuaciones muy importantes en peso.
Esta a disgusto con su imagen corporal, a menudo acompañado de una distorsionada percepción de las señales del cuerpo (hambre, enojo, fatiga etc.).
Prácticas poco saludables para mantener el peso, como son: ayuno, inanición, comer compulsivamente, uso indiscriminado de laxantes, medicamentos para bajar de peso, diuréticos y exceso de ejercicio.
Un miedo irracional a engordar y un deseo obsesivo de adelgazar.

Tener el metabolismo lento

El metabolismo se podría definir como la suma de todos los cambios químicos que ocurren en el cuerpo para mantenernos vivos. Cuando abastecemos al cuerpo de oxígeno, agua, combustible y todos los nutrientes esenciales que requiere, las células del organismo pueden cumplir eficientemente su trabajo de mantenernos vivos, sanos y con un peso ideal. La eficiencia con la cual el metabolismo trabaja determina con qué facilidad ganamos o perdemos peso.
El cuerpo quema un combustible llamado glucosa (la forma más simple de energía que se extrae de los carbohidratos que ingerimos) para producir energía. La glucosa puede quemarse para producir energía o, por el contrario, ser convertida en grasa y guardada en el organismo. Cuando la glucosa ha sido quemada eficientemente existen pocas probabilidades de que ésta se convierta en grasa. Cuando, por el contrario, la combustión de los alimentos no se lleva a cabo adecuadamente, aunque hayamos ingerido poca cantidad de comida, el resultado será un exceso de grasa y un bajo nivel de energía.

Para que el metabolismo funcione bien y la combustión de la glucosa se lleve a cabo eficientemente, es de vital importancia la presencia de enzimas. Éstas son un tipo especial de moléculas de proteína responsables de los cambios químicos del organismo. Existen miles de enzimas en nuestro cuerpo y cada una de ellas desempeña una función específica en el metabolismo. Una pequeña enzima puede actuar en rápida sucesión en millones de moléculas, acelerando las reacciones químicas del metabolismo, y, a su vez, lubricando la maquinaria metabólica de nuestras células.

Para restablecer un metabolismo normal y conseguir un peso sano, es necesario que las enzimas estén presentes en cantidades adecuadas. La mejor forma para conseguir esto es a través de una alimentación sana (carbohidratos, proteínas y grasas de buena calidad), una digestión adecuada y la presencia de cantidades óptimas de los minerales: calcio, magnesio, manganeso, hierro, cobre y zinc; las vitaminas C, B1, B2, B3, B5, B6, B12, ácido fólico y biotina; y la coenzima Q10. Nutrientes todos que activan las enzimas y ayudan en la combustión de la glucosa. A menos que todos estos nutrientes estén presentes en cantidades adecuadas, el metabolismo no llevará a cabo su trabajo adecuadamente.
Por lo tanto, a la hora de perder peso, es mucho más efectivo estimular y activar el metabolismo que reducir las calorías de una dieta moderada (como normalmente ocurre con las dietas de adelgazamiento).

Normalmente, las dietas bajas en calorías destinadas a perder peso funcionan al principio, y luego la persona siente que se estanca en el peso, para más adelante volver a los hábitos "normales" de alimentación y observar cómo en poco tiempo ha recuperado todo el peso perdido, más unos cuantos kilos extras. El fracaso de estas dietas suele ser debido, en primer lugar, a que no educan a las personas a implementar unos hábitos alimenticios sanos, por lo cual, cuando la persona deja la dieta vuelve a sus antiguos hábitos (los que causaron o influenciaron su desequilibrio bioquímico); y en segundo lugar, el cuerpo ante una dieta baja en calorías actúa relentizando el metabolismo para no gastar y auto conservarse. Por este motivo, las dietas hipocalóricas no funcionan y cuanto más nos sometamos a ellas, más agotaremos el metabolismo y más difícil será perder grasa y/o mantener un peso estable. Este tipo de dietas no son la única razón de un metabolismo lento, también, por ejemplo, el no desayunar o evitar la cena para no engordar puede causar el efecto contrario.

Ansiedad por la Comida o comer compulsivamente

Este es hoy en día, por desgracia, la ansiedad por la comida es un problema muy habitual que nos puede causar muchos desequilibrios.

El naturismo siempre propone, como norma, que hagamos un poco de detectives de nuestro propio caso y que lleguemos al final de la investigación de qué es lo que nos está haciendo comer así.
O sea, el tema no está en encontrar algo que nos quite el hambre sino porqué como tanto.
Así esta misma pauta nos valdrá para cualquier otro hábito como el fumar, el alcohol u otro tipo de adicción.

Muy a menudo, la ansiedad por la comida es producida por factores como el estrés o el exceso de preocupaciones. En este caso hemos de reflexionar si ese tema tiene solución y si no la tiene, ver que cambio de actitud podemos tomar nosotros.

Hemos de reducir excitantes como el café , el té, el azúcar, el chocolate, que sólo harán que agravar el problema, en cambio, tomar más líquidos como jugos de frutas, infusiones de plantas relajantes como la Pasiflora, flor de Azahar, Valeriana, Manzanilla, Melisa y sobre todo mucho agua.
Los líquidos en general ayudan a disminuir la sensación de hambre ya que a menudo lo que estamos es un poco deshidratados. O sea antes de comer cualquier cosa tomar primero siempre uno o dos vasos de agua.

Hemos de aumentar la frecuencia de las comidas para evitar llegar al punto de alarma roja que es aquel en el qué la ansiedad es tal que empezamos a comer de forma compulsiva. Así pues, hemos de desayunar, tomar algo a media mañana, almorzar a mediodía, merendar y cenar.

Los alimentos deben de ser preferentemente cocinados ya que los alimentos crudos, como las ensaladas, no son saciantes y al momento ya vuelves a comer. Eso no quiere decir que hemos de suprimir las ensaladas y la fruta de nuestra dieta sino que mientras estemos ansiosos no deben de representar la mayor parte de nuestra comida.
Además hay que aliñarlos siempre con aceite ya que las grasas saludables (el aceite de oliva, los frutos secos,...) son saciantes.

Tomar en cada comida proteína ya que a menudo lo que hay detrás es una Hipoglucemia y esas subidas y bajadas de azúcar (glucosa) en la sangre son las responsables de los ataques de hambre. Las proteínas las tenemos en el pescado, la carne, el queso, las legumbres, los frutos secos, el seitán o gluten, el tofu, los germinados, la levadura de cerveza, el alga espirulina.

Los oligoelementos Zinc junto al Níquel y el Cobalto o el mineral Cromo ayudan a calmar ese hambre repentino ya que equilibran los niveles de glucosa. Consultar con un especialista nuestro caso en particular.

Tomar media horita antes de cada comida dos comprimidos de alga Espirulina o de alguna fibra saciante como el Glucomanano también ayudan.

El ejercicio físico es indispensable ya que ayuda a descargar las tensiones y a oxigenarnos con lo cual disminuye la ansiedad.

Practicar la respiración o el Yoga también será beneficioso.

Cuando alguien se siente feliz dice a menudo que se siente satisfecho, lleno de felicidad. Es evidente que hemos de reflexionar sobre las emociones que tenemos habitualmente y hemos de sanar esos aspectos negativos como los celos, la ira, la envidia o la necesidad de tener más y más.

Sintiéndonos satisfechos de nuestra vida tendremos un mayor control sobre lo que comemos ya que no dependeremos de algo externo para sentirnos llenos.

De lo único que hemos de tener siempre hambre es de aprender, de amar, de compartir y de ser más felices.

¡No renunciéis nunca a eso amigos!

Ayuda con suplementos para reducir el apetito

¿Cómo nos pueden ayudar el Zinc-Níquel-Cobalto?
Las dietas muy bajas en calorías, el estar demasiadas horas sin comer, las dietas demasiado ricas en dulces o hidratos de carbono y el estrés suelen favorecer que nuestros niveles de "azúcar" o glucosa en sangre suban y bajen sin apenas control.

A medida que pasan los años notamos como cada vez, aunque comamos menos, nos engordamos más, que la ansiedad por la comida se nos dispara y que tendemos a estar cada vez más hinchados.
De repente sentimos un hambre voraz, sobre todo por el dulce y nos es imposible llevar un orden en la dieta. Comemos compulsivamente, sentimos que hemos perdido el control y luego nos sentimos culpables.

Al tomar Zinc-Níquel-Cobalto nuestro páncreas "se calma" y con ello el apetito empieza a normalizarse así como nuestra ansiedad por el dulce disminuye ya que los niveles de glucosa tienden a regularizarse. Si a esto le añadimos que ahora es más fácil hacer dieta y que notamos que toleramos mejor el ejercicio físico, pues, es normal que muchas personas empiecen poco a poco a perder peso (eso depende de cada persona).

Presentación y dosis del Zinc-Níquel-Cobalto
El grupo de oligoelementos o diátesis Zinc-Níquel-Cobalto viene ya preparado junto y se toma en forma de viales o botellitas pequeñas. No tiene sabor y se tolera perfectamente. En casos muy agudos se pueden tomar hasta tres ampollitas al día durante varios meses (siempre os aconsejamos que pidáis consejo a vuestro médico o terapeuta).

¿Dónde conseguir el Zinc-Níquel-Cobalto?
Se suelen vender, según el país, en farmacias y en algunos herbolarios o comercios de alimentos ecológicos.
A la hora de realizar este artículo somos conscientes que en muchos países es posible que aún no se puedan conseguir. No os preocupéis y preguntad a vuestro médico o terapeuta que alternativas os pueden ofrecer para conseguir el mismo objetivo.

Obesidad por comer compulsivamente

Miles de veces los obesos escuchan decir y ellos mismos lo dicen. La obesidad es una enfermedad adictiva.

Pero sólo lo dicen. En realidad no se lo creen. Y el médico tampoco. En el fondo piensan (cada cual por su lado) que son unas pobres personas sin voluntad incapaces de controlar su gula y que deben ser castigados con la burla y la discriminación. Piensan que no adelgazan porque no hacen ningún esfuerzo y es así como quieren estar.

La Obesidad es una enfermedad "adictiva" en la mayoría de los casos
Las adicciones, desde el punto de vista físico, incluso el juego, producen en el organismo siempre el mismo mecanismo, que es el de activar las glándulas que producen un estado de euforia artificial y efímero.
La adrenalina sube y la persona se siente eufórica, la adrenalina baja y tenemos un hipoglucémico deprimido y desequilibrado que tiene que consumir la droga a la que está habituado para volver a la euforia.

Lo que provoca la adicción en el obeso no es solo el Hidrato de Carbono simple sino también el hábito de, cuando, como, donde, en que circunstancias y por qué come.

Está acostumbrado a hacerlo de una manera determinada, en determinadas circunstancias, cuando suceden determinados hechos, cuando siente determinadas emociones, cumpliendo estructuras de comportamientos aprendidas y aplicadas inconscientemente.

Entonces no es solo decirle al fumador que no fume, al obeso que no coma o al alcohólico que no beba.
Lo más importante, y cualquiera lo sabe, es que tiene que tener la firme convicción de dejar de fumar, comer o beber.
Ahora, tener la "firme convicción" ¿depende de la voluntad? En principio si. Es el primer paso. Pero también debería entender a que se debe su enfermedad, como lo sabe el fumador o el alcohólico, para poder cambiar realmente sus hábitos. De lo contrario la voluntad no resiste y al primer traspié la persona vuelve a caer justo donde empezó.

Sin la voluntad y la comprensión del origen físico, al menos, de su enfermedad, no quiere decir que no se puede curar a la inversa.
O sea, si es encerrado en una habitación, y se le priva de lo que le hace daño hasta llegar a la desintoxicación, va a controlar físicamente la adicción. Pero al salir va a estar en la misma situación y con los mismos conflictos con los que entró, entonces lo más probable es que vuelva al punto donde comenzó.

Cambiar de hábitos significa: horarios para comer, para caminar, para dormir, calidad de lo que se come, tipos de entretenimientos, compañías y todo lo que fomenta la adicción en forma directa o indirecta.

En lo abstracto, que es lo más difícil, pero lo definitivo, es averiguar el porqué se está haciendo daño. Porqué castiga su cuerpo. Qué culpa, rencor o miedo provoca este castigo.

En el caso del obeso la dificultad está en que, por ejemplo el fumador obviamente tiene que dejar el cigarrillo, entonces el gordo se plantea. Y yo ¿qué? ¿voy a dejar de comer?
Y no, claro que no. Lo que hay que prohibir no es la comida sino determinadas cosas que no son alimentos como son las calorías vacías del azúcar refinado, la harina blanca o el arroz blanco. Debería aprender a comer, cosa que casi nadie sabe por otra parte, y saber qué y cómo preparar su comida para que sea aprovechada por el organismo debidamente.

No se trata de seguir una DIETA sino de saber cuales productos son alimentos y cuales no lo son y no mezclarlos de cualquier manera como si el estómago fuera un tarro de residuos.

Lo que debería saber el obeso es la diferencia entre el Hidrato de Carbono Simple (HCS) de productos industrialmente refinados y el Hidrato de Carbono Complejo (HCC).

El HCS que hace daño es el que está en el azúcar refinado, el arroz blanco, la harina blanca, o sea en "productos industriales refinados". El cuerpo lo absorbe en forma directa inundando temporalmente el sistema de glucosa y desencadenando todo el proceso glandular que produce una euforia o un bienestar o un estado de alerta (depende de la persona) inmediato y artificial.

El HCC está en los cereales y legumbres integrales, no industrializados, se acumula en el hígado en forma de glucógeno y se libera en la medida de lo necesario.
Cuando al adicto le falta HC siente hambre, pero como lo que come son HCS de productos refinados y no tiene reservas de glucógeno, entonces la consecuencia es el comer en forma continua para mantener el nivel de glucosa en la sangre y no caer en la hipoglucemia, la depresión y el desfallecimiento.

Yo desafío a cualquier persona aunque sea flaco y que tiene una dieta corriente basada en carnes e HCS de productos refinados a que durante un día entero trate de no comer nada con azúcar, ni con harina, fruta, miel o cualquier alimento que contenga HCS.

Con ese tipo de dieta seguramente sus reservas de glucógeno serán nulas y le producirá una hipoglucemia como a un gordo cualquiera. Los síntomas de la hipoglucemia son muy comunes. La persona tiene un hambre feroz y necesita comer con desesperación. Si no es tan intenso puede sentirse cansado o desganado o soñoliento (necesita la dosis).

Es muy común en los gimnasios, cuando alguien se descompone, que le den un terrón de azúcar ¿no se parece a la dosis?
Los niños suelen estar llorones y fastidiosos hasta que la mamá les da un dulce (la dosis otra vez) y se hace la paz. Es fácil darse cuenta en los cumpleaños cuando estos niños tienen vía libre con la ingesta de gaseosa y caramelos. Vemos como se excitan hasta ponerse insoportables y terminan al final del día llorando o semi-inconscientes tirados en un sillón. ¿No se parece eso a una borrachera?

Me quedé pensando. ¿Sabe un gordo o cualquier persona que todo lo que lo que comemos se transforma en glucosa, incluso la grasa y la proteína, y que la glucosa es el combustible básico para nuestro cerebro, igual que como la nafta es al auto? Si ud. al auto le hace pasar nafta en exceso, se ahoga, no funciona, no camina. Por eso Ud. la pone en el tanque y el mecanismo la va administrando a medida que el motor la consume.

El exceso de glucosa en el cerebro produce confusión, excitación, stress. Ud. puede tomarla en forma directa y producir una revolución o puede guardarla en su tanque que es el hígado y dejar que el la administre correctamente.

También se puede acumular esta energía en forma de grasa alrededor del cuerpo como los osos lo hacen en el verano para después utilizarla en el invierno. Hago esta comparación porque es obvio que hoy por hoy, no necesitamos hacer esto y sabemos que lo que acumulamos en grasa lo tenemos que gastar moviéndonos especialmente, porque sino, ahí quedará para siempre.

A diferencia del auto el ser humando es tan perfecto que hace lo indecible para seguir funcionando. Hace todo lo posible para metabolizar lo que le ponemos en forma indiscriminada en el estómago y lo que no puede, trata de eliminarlo a través de las heces, la transpiración, la gordura o la enfermedad.

Hay personas más sensibles que otras y no todos se enferman de lo mismo como tampoco suelen tener todas los mismos síntomas.
Sabido es que hay borrachos tristes y otros alegres. Hay personas que tomando alcohol se duermen y otras se ponen más alertas. La misma droga produce enfermedades, síntomas diferentes de acuerdo a las predisposiciones personales.

El exceso de glucosa en el cerebro puede producir también agresividad y es conocido que los asaltantes se emborrachan o se drogan para no tener miedo. También lo hacen los soldados.

Lo anterior viene a cuento porque ser flaco no quiere decir que no se pueda ser adicto a los Hidratos de Carbono. Simplemente se manifiesta de otra forma, que no es la gordura, y estará de acuerdo con su historia personal, su metabolismo y su estado psicológico y espiritual.

En fin. Ser o no ser un adicto en realidad, tiene que ver con la salud de nuestras glándulas (Por supuesto sin mencionar la predisposición provocada por causas psicológicas o espirituales). Dependemos de cuanto aguanten nuestras glándulas el bombardeo continuo de sustancias artificiales.

En consecuencia hay que remover las estructuras, cambiar hábitos, costumbres, entretenimientos y quizás hasta compañías.

Y por fin ¿quién sabe? puedan encontrar lo realmente importante, que es darse cuenta de porque se están haciendo daño.

Es como todo en la vida: "una elección".

Un buen método para cambiar los hábitos es preguntarse cada vez que voy a comer ¿Porqué quiero comer? ¿Por que tengo hambre? ¿Por que estoy ansioso? ¿Por que estoy aburrida? ¿Porqué? Y comer solo cuando tengo hambre sin contemplar ningún horario estricto.

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