Limpieza facial

La limpieza facial debe ser diaria y meticulosa

La limpieza facial es una práctica fundamental e indispensable para mantener la piel en condiciones saludables...

Todos los boletines La limpieza facial es una práctica fundamental e indispensable para mantener la piel en condiciones saludables. Debe ser diaria y meticulosa, y realizarse con la aplicación de cosméticos adaptado a las características de cada piel.

¿Por qué necesitamos limpiar la piel?

En primer lugar es importante eliminar las secreciones de sudor y sebo producidas por nuestro organismo a lo largo del día, así como la suciedad procedente del exterior y los restos de cosméticos que hemos empleado durante el día.

Los preparados cosméticos de limpieza que utilicemos deben respetar el pH de la piel y no resultar irritantes ni provocar reacciones alérgicas.

Podemos utilizar en nuestra limpieza diaria una leche limpiadora fluida aplicándola en la cara y en el cuello y efectuando un ligero masaje por todo el rostro durante dos o tres minutos, y a continuación retirarla con un algodón y aplicar un tónico.

Dentro de las plantas que podemos emplear en cosmética natural como plantas limpiadoras y detergentes destacan: la saponaria y el limón.

De la Saponaria se emplea sobre todo la raíz que presenta en su composición unas sustancias denominadas saponinas que tiene la facultad de, en contacto con el agua, formar espuma, arrastrando así la suciedad que se acumula en la piel del rostro. Antiguamente se empleaba como sustitutivo del jabón. Diferentes extractos de saponaria se incluyen en formulaciones de leche limpiadora con el fin de limpiar la piel.

El aceite esencial de limón, extraído de la corteza del fruto, se emplea como limpiador la piel, actuando también como refrescante, purificante y desinfectante.

Para ayudar al organismo a depurarse sobre todo cuando aparecen granitos o eccemas, podemos utilizar infusiones de diferentes plantas que nos ayudarán a eliminar los líquidos y toxinas acumulados.

Un ejemplo de tratamiento de desintoxicación sería:
preparar un caldo con hojas de ortiga fresca, apio y cebolla, una vez cocidas y coladas las verduras, reservamos el caldo y tomamos el primer vaso en ayunas y luego durante el día (1 litro en total), cuando lo vayamos a tomar añadimos el zumo de medio limón recién exprimido.
Además, puedes recurrir a las recetas de mascarillas de limpieza de elaboración casera.

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