Tratamiento ideal para el acné

El acné es una enfermedad dermatológica que aparece en la mayoría de los adolescentes y en algunos casos se prolonga durante muchos años, aunque con síntomas más leves. No es infrecuente que, sobre todo en mujeres, persistan lesiones o aparezcan nuevas en edades que no se consideran propias de acné.

No se sabe con certeza cual es el origen del acné, pero la teoría más aceptada es que existen varios factores que originan las lesiones o que ayudan a perpetuarlas. La alteración de la queratinización del folículo, es decir, el taponamiento de la salida del pelo con la consiguiente retención de secreciones, grasa, bacterias, etc., forma los comedones (las conocidísimas espinillas) que son la principal lesión que encontramos en acné. Las hormonas sexuales ejercen su acción sobre el folículo y posiblemente también sobre la glándula grasa que se asocia a éste, pero ignoramos el papel que juega en la formación de las lesiones. También es característico el crecimiento de las bacterias, uno de los puntos a atacar en el tratamiento del acné.

Debido a que hay varios factores que ayudan a la producción de lesiones, existen diversos tratamientos que consiguen solucionarlas, aunque muchas veces se trate de un efecto temporal. Hay que distinguir dos clases de tratamientos, los tópicos, utilizados directamente sobre la piel, y los sistémicos, normalmente ingeridos. Según el tipo de acné y la intensidad del mismo los tratamientos varían en el tiempo y evolucionan adaptándose a los brotes de la enfermedad.

Engañar a las bacterias

Los tratamientos tópicos incluyen antibióticos y productos destinados al control de la inflamación y de la queratinización del folículo. Las bacterias que en un principio se ven afectadas y destruidas por los antibióticos, tras unos meses de tratamiento se hacen resistentes a ellos y el antibiótico deja de ser útil. Sin embargo, se ha descubierto que añadiendo zinc al antibiótico se “engaña” a las bacterias, de modo que siguen siendo sensibles. Los antibióticos no tienen un gran efecto sobre los comedones o espinillas, por lo tanto es necesario otro tratamiento para eliminarlos.
Los queratolíticos son fármacos dirigidos al tratamiento de este otro componente del acné. Entre ellos se encuentra el peróxido de benzoilo y los retinoides, de los que existen varias clases (adapaleno, tretinoina, isotretinoina, tazaroteno). Estos medicamentos tienen un efecto, además de antiinflamatorio, queratolítico, es decir, regularizan la capa córnea, la más superficial de la piel, haciendo que estas células se desprendan y por lo tanto no quedan agrupadas formando los comedones. Un problema derivado de su uso es la tendencia que casi todos ellos tienen a producir irritación.

Es necesario aplicarlos con precaución, de modo que inicialmente solo se tengan sobre la piel unos 15 minutos y progresivamente este tiempo se amplía según la piel lo tolere. También puede ser conveniente aplicarlos al menos al comienzo del tratamiento a días alternos para que la piel se pueda recuperar de la irritación.

¿Cuál es el ?

Los tratamientos orales se reservan para casos de acné más intensos o que a pesar del tratamiento tópico no han respondido satisfactoriamente. En muchas ocasiones se combinan con tratamientos tópicos para aumentar su eficacia. Son medicamentos antiacné por vía oral los antibióticos, los anticonceptivos orales (¡sólo en las mujeres¡) y la isotretinoina .

Se trata de remedios muy eficaces que en unas semanas controlan las lesiones de acné, pero que hay que tomar durante largo tiempo, a veces incluso años, y con el problema de que una vez que se dejan de tomar no tenemos la seguridad de que las lesiones no reaparezcan, de hecho son frecuentes nuevos brotes de acné tras la suspensión de estos tratamientos. Sin embargo desde que contamos con la isotretinoina oral este último aspecto ha cambiado, al menos en un porcentaje muy alto de los pacientes que lo usan, las lesiones de acné que aparecen tras un tratamiento adecuado con isotretinoina son escasas y poco intensas.

Puede parecer que este es el medicamento ideal para el acné y que todas las personas que lo padecen deberían tomarlo para librarse de las fastidiosas lesiones, pero es importantísimo notar que no está exento de efectos secundarios, algunos banales aunque muy frecuentes como es la sequedad de la piel y mucosas, otros menos habituales como la inflamación del hígado o el aumento de las grasas en la sangre, los dolores musculares o de cabeza y otros francamente raros como hemorragias gástricas o diabetes (tan raros que no se sabe con exactitud si son debidos al fármaco o una casualidad).

Todos estos tratamientos se deben iniciar y seguir bajo el control de un dermatólogo.

Cómo hidratar nuestro rostro

La hidratación es un componente muy importante si queremos lucir siempre bellas. Una correcta hidratación refresca y relaja nuestro rostro aportándole toda el agua que necesita para lucir luminosa y flexible. Con unos buenos cuidados y constancia, conseguirás proteger tu piel de los ataques externos y dotarla de la vitalidad que necesita.

Lo primero que debes saber es que hay dos maneras de hidratarse: una desde el exterior, con las cremas hidratantes y otra desde el interior, bebiendo mucho agua. El agua es el elemento principal de la hidratación; por lo que uno de los actos más sanos que puedes realizar para cuidar tu piel es impregnarla de agua cuántas más veces al día, mejor. Si bebes mucha agua, estarás hidratando la piel por dentro. No olvides nunca sus efectos benéficos y su capacidad depurativa, pues es fundamental para el aspecto final de nuestro rostro.

Cometemos un error al pensar que, por el hecho de ser jóvenes, no tenemos necesidad de cuidar nuestro rostro. Al igual que todas las pieles, las jóvenes están también sometidas a las agresiones externas por lo que sería necesario buscar una buena hidratante desde la adolescencia.

Hidratar nuestro rostro, una rutina diaria

Todas las pieles necesitan hidratación, no sólo las secas. Las pieles grasas también requieren sus cuidados. El hecho de que exista una acumulación de grasa no conlleva que no esté propensa a la deshidratación. Lo mismo ocurre con las pieles mixtas, donde se presentan zonas grasas y secas que requieren buenos cuidados.

No pensemos nunca que el hecho de usar cremas lleva implícito un aumento de espinillas y granitos. Lo más importante es elegir un producto acorde con el tipo de piel que tengamos.
Hidratar la piel debe convertirse en un punto clave en tu rutina diaria. No debes dejarlo ni un solo día, ya que tu rostro se resentirá. Es importante hidratar la piel en todas las épocas del año, pero por efectos del clima, el sol y la humedad, existen unas épocas en las que el cuidado debe ser más intensivo, como el duro invierno.

Para hidratar la piel, basta con hacerse con un producto hidratante adecuado a nuestro tipo de piel y aplicarlo con regularidad. Recuerda que no sólo la piel del rostro necesita hidratación, sino que todo tu cuerpo la requiere. Pero también has de saber que no todas las zonas necesitarán el mismo tipo de crema, así que evalúa y decídete por el producto que más se adapte a tus necesidades.

El mejor momento para hidratar la piel es al final del día. Después de eliminar los restos de maquillaje con la leche limpiadora y realizar una perfecta limpieza de tu cutis, hidratar la piel se hace necesario, para que descanse suave, limpia y perfectamente nutrida, preparándose para la nueva jornada del día siguiente.

Muchas mujeres hidratan su piel justo antes del maquillaje. Esta es también una buena elección- siempre y cuando se hidrate también al término de la jornada-, ya que prepara el cutis para recibir el maquillaje y éste le agrede menos al comportarse la hidratante como una capa de protección.

Cremas hidratantes, todo lo que debes saber

El mercado ofrece una amplia oferta de cremas hidratantes, específicas para cada tipo de piel, que regulan las características básicas de cada tipo y le aportan la nutrición necesaria. Todas las cremas contienen agentes humectantes, que permiten a la piel empaparse de agua y así, rellenarse, eliminando momentáneamente las arrugas superficiales y recuperando un aspecto más transparente y luminoso.

Cómo salir bien en las fotos

Al igual que la ropa, los complementos y el peinado, el maquillaje también sigue las tendencias cada temporada. En pasarelas como Cibeles o Gaudí vemos a las modelos pintadas y peinadas de forma creativa, que también marcan los pasos de lo que será la moda que a todas nos gusta llevar. El maquillaje es muy importante para verte guapa en cada momento, mírate al espejo y date el visto bueno para salir a la calle o a la discoteca.





Elige tu idioma Español Catalá Euskara Galego English Français Português

Es importante para esto distinguir entre el maquillaje que usamos para ir de día a trabajar o el que nos ponemos para arrasar una noche. Toma nota de las distinciones que te ofrecemos para poder ir adecuada en cada ocasión.

De día, mejor discretita

En general las tendencias van cambiando, pero las que se siguen hoy, con respecto a las «pinturas de rostro» son muy naturales. El punto ideal, es ir maquillada pero que el resto no lo note, porque tu belleza es por naturaleza. Para esto, los tonos deben asemejarse lo más posible a tu color de piel. Puedes usar un corrector de ojeras, una buena base de maquillaje y polvos sueltos esparcidos de forma regular por la cara y el siempre olvidado cuello.

Recuerda que no se trata de oscurecer la piel, sino de camuflar las imperfecciones para que no parezca muy recargado. De día y al sol se ve si se te ha ido la mano con los polvos. En el caso de querer dar un poco de color al rostro es preferible utilizar un maquillaje de tonos bronceadores. Lo más importante es que esta fase quede bien, ya que no tratamos de destacar nada en concreto sino de darnos un aspecto mejorado.

Para sombrear los ojos mejor los tonos rosas y morados, y el colorete debe ser suave ya que los oscuros hunden los pómulos. Para los labios utiliza un brillo discretito pero resultón. De noche, ¡a por todas!

En la noche, la cosa cambia. Se trata de enfatizar, de dar contrastes y resaltar aquellos puntos fuertes que tú consideras que la gente no se puede perder de ti. Al ser un maquillaje alejado de la luz del día es más fácil que, si te pasas con los polvos, no se note tanto y puedas también darte un toque de color. El énfasis se impone en tu cara con la raya superior marcada y el negro manda sobre tus ojos. Una vez dibujada la línea del párpado inferior, te aconsejamos que la difumines bien con un bastoncillo, nunca uses el comodín del dedo.


La sombra de debajo de la ceja debe ir en color champán o el beige, ya que el blanco hace demasiado contraste. Si te atreves marcando tu mirada felina, deja en un segundo plano pómulos y labios, no se trata de ir muy exagerada sino de hacer destacar lo mejor de ti.
Puedes jugar con los colores en función de lo que más te apetezca ponerte o combinado con el color de tus ojos.
Si eres de las que te gusta verte extraordinaria a cualquier hora, esta es tu oportunidad para ir maquillada a la luz del sol y de la luna. Un espejo de cristal y…¡maquíllate!

Maquillarje de dia y para la noche

Al igual que la ropa, los complementos y el peinado, el maquillaje también sigue las tendencias cada temporada. En pasarelas como Cibeles o Gaudí vemos a las modelos pintadas y peinadas de forma creativa, que también marcan los pasos de lo que será la moda que a todas nos gusta llevar. El maquillaje es muy importante para verte guapa en cada momento, mírate al espejo y date el visto bueno para salir a la calle o a la discoteca.





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Es importante para esto distinguir entre el maquillaje que usamos para ir de día a trabajar o el que nos ponemos para arrasar una noche. Toma nota de las distinciones que te ofrecemos para poder ir adecuada en cada ocasión.

De día, mejor discretita

En general las tendencias van cambiando, pero las que se siguen hoy, con respecto a las «pinturas de rostro» son muy naturales. El punto ideal, es ir maquillada pero que el resto no lo note, porque tu belleza es por naturaleza. Para esto, los tonos deben asemejarse lo más posible a tu color de piel. Puedes usar un corrector de ojeras, una buena base de maquillaje y polvos sueltos esparcidos de forma regular por la cara y el siempre olvidado cuello.

Recuerda que no se trata de oscurecer la piel, sino de camuflar las imperfecciones para que no parezca muy recargado. De día y al sol se ve si se te ha ido la mano con los polvos. En el caso de querer dar un poco de color al rostro es preferible utilizar un maquillaje de tonos bronceadores. Lo más importante es que esta fase quede bien, ya que no tratamos de destacar nada en concreto sino de darnos un aspecto mejorado.

Para sombrear los ojos mejor los tonos rosas y morados, y el colorete debe ser suave ya que los oscuros hunden los pómulos. Para los labios utiliza un brillo discretito pero resultón. De noche, ¡a por todas!

En la noche, la cosa cambia. Se trata de enfatizar, de dar contrastes y resaltar aquellos puntos fuertes que tú consideras que la gente no se puede perder de ti. Al ser un maquillaje alejado de la luz del día es más fácil que, si te pasas con los polvos, no se note tanto y puedas también darte un toque de color. El énfasis se impone en tu cara con la raya superior marcada y el negro manda sobre tus ojos. Una vez dibujada la línea del párpado inferior, te aconsejamos que la difumines bien con un bastoncillo, nunca uses el comodín del dedo.


La sombra de debajo de la ceja debe ir en color champán o el beige, ya que el blanco hace demasiado contraste. Si te atreves marcando tu mirada felina, deja en un segundo plano pómulos y labios, no se trata de ir muy exagerada sino de hacer destacar lo mejor de ti.
Puedes jugar con los colores en función de lo que más te apetezca ponerte o combinado con el color de tus ojos.
Si eres de las que te gusta verte extraordinaria a cualquier hora, esta es tu oportunidad para ir maquillada a la luz del sol y de la luna. Un espejo de cristal y…¡maquíllate!

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