Como planificar el entrenamiento

A esta altura de los conocimientos sobre ciencias aplicadas al deporte y con todo el arsenal de novedoso equipamiento para la evaluación médico deportiva, es inadmisible fallar en la programación y planificación de un entrenamiento.

Tanto médicos, fisiólogos, programadores deportivos, instructores, y, sobre todo, entrenadores deben recurrir a los datos precisos que brindan los estudios fisiológicos en pos de una planificación más racional. Ello se hace más indispensable cuando se trata de deportistas de competencia en quienes milésimas de segundos pueden, y de hecho hacen, las grandes diferencias. Asimismo es importante que los mismos atletas sean conscientes de los resultados de sus pruebas lo que genera, la mayoría de las veces, mayor motivación.

Los datos provenientes de los estudios fisiológicos son también útiles cuando se trata de deportistas aficionados ya que basándose en ellos se consiguen los objetivos más rápidos y más seguros disminuyendose la incidencia de complicaciones a la vez que incrementando los beneficios.

¿Cuáles son, entonces, los datos a tener en cuenta para el entrenamiento?
En primer lugar se requiere una prueba ergoespirométrica con determinación del consumo de oxígeno en las distintas etapas, tanto submáximas como máxima. Esta es la base de la evaluación de aptitud del testeado pero, quizás, este dato aislado carezca de real importancia si no se correlaciona con los datos provenientes de los estudios con lactato y éstos deben hacerse ya sea en laboratorio, durante el test ergométrico, como en campo. Las evaluaciones en campo tienen la gran ventaja de recrear con alguna similitud las situaciones de competencia, sobre todo cuando se evalúan corredores o en quienes practican atletismo.

La prueba ergoespirométrica brinda también datos adicionales y, probablemente, más valiosos que el mero hecho de averiguar la capacidad máxima de aptitud; me refiero a la búsqueda de la zona umbral que es el momento donde comienza a prevalecer la participación energética anaeróbica, aparece la fatiga y se elevan las concentraciones de ácido láctico. Como casi siempre sucede las limitaciones del rendimiento físico tienen una alta correlación con el lactato elevado y por ende la fatiga, el entrenamiento tiene que tender a conseguir el poder realizar la mayor cantidad de tiempo de esfuerzo aeróbico y tratar de "patear" el umbral anaeróbico hacia arriba acercándose lo más posible al consumo de oxígeno máximo.

Este sería un paso básico y óptimo para lograr una aceptable base aeróbica, requisito fundamental de cualquier entrenamiento y muy útil a la hora de la recuperación tras un esfuerzo significativo.
Los entrenamientos para actividades deportivas de gran participación anaeróbica deben, además, incluir ejercicios máximos y supramáximos pero para poder elaborarlos, los datos deben también salir del estudio ergoespirométrico con determinación de lactato y con ellos programar el entrenamiento por áreas funcionales.

La información de la evaluación médico deportiva es utilizada según el objetivo a lograrse. Hay que considerar que un atleta sumergido en un programa de entrenamiento bien pautado y regular debe someterse al corto plazo (3 meses) a una nueva evaluación, aunque sea parcial, ya que seguramente los parámetros han cambiado y, por lo tanto, también cambiarán las pautas de prescripción del entrenamiento.
En la actualidad se puede mejorar la aptitud aeróbica, la anaeróbica, la tolerancia a la fatiga, los tiempos de recuperación, etc.desconociéndose aún si hay límites para el rendimiento.

Finalmente, éstos junto a otros muchos datos más constituyen armas imprescindibles y disponibles fácilmente a la hora de una cuidadosa y lógica planificación de un entrenamiento deportivo.

0 comentarios:

Design konnio.com

eXTReMe Tracker