Kickboxing para el mundo del fitness

Combinemos un kata de karate con las patadas del taekwondo. Agreguemos las combinaciones de golpes de puño y patrones de piernas utilizados en el boxing. Mezclemos todos estos movimientos y agreguemos algunos patrones simples de la aeróbica, a modo de transiciones. Ahora agreguemos el estímulo de la música y organicemos todo siguiendo una determinada estructura… Qué obtendremos?

Una efectiva receta para desafiar y promover un cuerpo saludable a la vez de pasar una hora agradable y entretenida. En otras palabras, una divertida y estimulante clase de Aero Kickboxing o como comercialmente se quiera llamar.

Kickboxing para el mundo del fitness, originado en el lejano oriente muchos años atrás, a evolucionado hasta transformarse en un programa de acondicionamiento ofrecido para los cultores del fitness. Utilizando muchas técnicas de las artes marciales y el boxeo, excluyendo el contacto físico, los participantes no sólo aprenden técnicas básicas del mundo marcial, sino que también la clase integra métodos de entrenamiento y ejercicios del boxeo tradicional, como el trabajo de bolsa (en algunos casos), el boxeo de sombra y saltos a la soga (a veces sólo el simulacro).

En estas clases encontraremos alumnos de distintas edades, que por lo general varían desde jóvenes hasta de edad media, y tanto de sexo masculino como femenino. Este tipo de clase ha sabido ganar adeptos del sexo masculino en contraposición con otras técnicas de gimnasia que sólo cuentan con un público casi exclusivamente del sexo femenino. Qué es lo que todos ellos buscan? Acondicionamiento y diversión. Una clase vigorosa. Podemos decir que una persona de un peso promedio de alrededor de 75 kilogramos puede llegar a gastar alrededor de 8-10 kilocalorías por minuto.

Pero, es esta actividad segura para todos?
Pues, para respondernos esta pregunta, deberíamos considerar ciertos puntos a tener en cuenta, que son de suma importancia al momento de la práctica.

1. La mayoría de estas clases requiere que sus participantes posean niveles de fuerza, resistencia y flexibilidad de intermedio a avanzado.

2. Personas que sufren de alta presión, colesterol elevado, diabetes o historia familiar de problemas coronarios, deben consultar con su médico de cabecera antes de comenzar a asistir a estas clases.

3. La misma recomendación es dada para fumadores, hombres mayores de 45 años y mujeres mayores de 55 años, o mujeres con menopausia prematura sin terapia de reemplazo hormonal.

4. Todos los establecimientos deberían ofrecer una clase para principiantes, con el objeto de permitir que éstos se familiaricen con las técnicas básicas y sus fundamentos, lo que ayudaría sobremanera a prevenir lesiones aumentando la conciencia corporal de los participantes y la correcta ejecución de los ejercicios.

5. Es importante que, tanto los instructores como los alumnos, estén atentos y sepan identificar ejercicios de alto riesgo, ya sea para el formato y dinámica general de la clase (en el caso de los instructores), como para las realidades y limitaciones físicas individuales (en caso de los participantes).
Estos últimos deben ser realistas en cuanto a lo que pueden ejecutar dentro de los límites de lo confortable, adaptando aquellos ejercicios que no lo son, en forma individual y de acuerdo a cómo se sientan. A tal efecto, los instructores deben dar pautas claras para que los alumnos sepan dentro de qué parámetros realizar las variaciones.

6. En el caso de los instructores, éstos deben ser sumamente concientes y cuidadosos al momento de planificar la clase, identificando esos movimientos y ejercicios que son considerados de alto riesgo para un público tan variado como el que asiste a las prácticas, y no incorporarlos a la rutina, de manera de reducir en todo lo posible el riesgo de lesión.

Como este tipo de clases en el mundo del fitness es bastante nueva ya que el boom se comenzó a generar no hace muchos años atrás, aprenderemos más con respecto a los cuidados que la práctica demanda a medida que el tiempo pase. A pesar de todo ésto, a través de un cuidadoso estudio de la población que consume kickboxing y del estudio de las técnicas involucradas, debemos tratar de reducir al máximo el riego de lesión.

Recordemos que en el fitness nuestros objetivos no son los mismos que en el mundo marcial y el box. Realizamos la práctica con la prioridad de cuidar nuestros cuerpos, no ganar una pelea sin importar las consecuencias.

Entonces podemos decir, ante estas circunstancias, que hay determinados movimientos que son naturales en un luchador y que en el fitness no realizaremos por razones como las siguientes:

1. Queremos que nuestros alumnos permanezcan en la actividad a lo largo del tiempo.

2. Nuestras clases son consideradas de población en general, no sólo para una elite de los mejores.


Como no todos los instructores y los gimnasios que ofrecen este programa piensan en en las razones anteriormente citadas, los alumnos se siguen lesionando. Muchas rutinas son enseñadas por instructores de kickboxing y otras artes marciales o box, que se pasan al mundo del fitness, sin conocimiento previo de las reglas que rigen en éste último.

Y también muchas rutinas son enseñadas por instructores de aeróbica que se transforman en instructores de kickboxing de la noche a la mañana, sin experiencia previa. Fitness marcial, aero kickboxing, o como comercialmente se lo quiera llamar, no es lo mismo que entrenamiento de artes marciales, como ya lo hemos discutido en otro párrafo.
Se trata de una variación de ellas, adaptada al tipo de público que en nuestro caso será el consumidor. Sí podemos decir que la práctica de estas clases puede llegar a desarrollar confianza en si mismo, coordinación muscular, técnica y flexibilidad, que son requeridas en el mundo marcial.

Pero no confundamos los límites y las diferencias que existen entre ambos mundos. Los gimnasios deberían preocuparse por ofrecer buenos programas, planificados a conciencia, contratando instructores competentes, para evitar que sus clientes se lesionen a corto o a largo plazo.

Para finalizar, podemos hablar acerca de las posibles causas de las lesiones que vemos en esta actividad.
Entre ellas:

1. Hiperextensión en codos y rodillas.

2. Golpes de puño y patadas realizadas en forma balística, sin control.

3. Movimientos de evasión y golpes de tren superior que estresan la rodilla al ser incorrectamente ejecutados.

4. Demasiado alto impacto por un período muy largo de tiempo. Recordemos que deberíamos alternar períodos de alto y bajo impacto a lo largo de la clase o al menos dar la opción.

5. Entrada en calor y estiramiento insuficientes. Es recomendable estirar los músculos del tren inferior cada 15 o 20 minutos durante la clase.

6. Ejecución de patadas laterales realizadas sin rotar la cadera hacia adelante puede causar presión lateral en la rodilla debido a la gravedad.

7. Descargar el peso del cuerpo en la rodilla cuando se realizan giros y rotaciones sobre la misma, puede lesionar el ligamento cruzado anterior.

8. A la mayoría de los alumnos, sobre todo aquellos que no tienen experiencia en el mundo marcial, le resulta difícil incorporar las técnicas de tren superior, entender cómo el tronco y todo el cuerpo se ve involucrado en el golpe y cómo debe utilizarse la respiración como componente importante de la técnica.

9. Patadas laterales realizadas por el instructor a una altura y velocidad imposibles de imitar por sus alumnos. La solución? Muchas veces será necesario disminuir la velocidad de lamúsica a 122-128 bpm al momento de incororar las técnicas de patadas y bajar los niveles de exigencia en cuanto a la altura de las mismas. A tal efecto, el profesor debe recordar que los protagonistas son los alumnos.

10. En la ejecución del jab, fundamentalmente, muchos alumnos tienden a levantar los hombros artificialmente, creando una plataforma inestable en el hombro al momento de golpear y causando posteriormente dolores de cuello y hombros.

11. Este tipo de clase requiere que sus participantes posean un tronco fuerte, ya que estará involucrado en todos los movimientos. Los instructores deben ofrecer un segmento de preparación física al final de la clase y estimular a los alumnos a que realicen una rutina de fuerza en la sala de musculación.


Teniendo en cuenta todos estos aspectos y armando una buena planificación, donde el centro de nuestra dedicación es el alumnado, estaríamos reduciendo el riesgo de lesión, seguramente en un algo porcentaje.
Démosle siempre la posibilidad a nuestros alumnos de que hablen con nosotros acerca de sus miedos y limitaciones, de lo que sienten a lo largo de la práctica.
Démosle siempre la opción de variar los ejercicios de acuerdo a cómo ellos se sientan de modo tal que no pasen de disfrutar a sentirse incómodos con la rutina propuesta.

De esta manera lograremos sentar las bases para esta disciplina dentro de nuestro propio mundo y para nuestra propia gente. Y tú, quien conduce la clase, te sentirás parte de este gran grupo de profesionales del fitness que lo único que busca es hacer las cosas cada vez mejor y de la forma más competente y seria.

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