Ejercicio fisico y la obesidad

La prevalencia de obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas en varios países del mundo.
Existen una mezcla de factores genéticos, de comportamiento y ambientales que no son del todo bien conocidos.
Los EEUU están en el medio de una alarmante epidemia de obesidad y de inactividad física. Juntas estas 2 tendencias contribuyen a más de 300.000 muertes por cáncer, ataques cardíacos y diabetes cada año. Sólo el tabaco los supera con 418.000 muertes.
La reducción del gasto energético asociado con la inactividad física traído por la automatización tecnológica y la urbanización, los cambios en el trabajo y el medio ambiente han sido dramáticos en la segunda mitad del siglo pasado.
En contraste con esto, el gasto energético de las actividades recreativas y del tiempo libre se han incrementado discretamente pero no lo suficiente para enfrentar y compensar los cambios aludidos. Tradicionalmente se ha enfocado el manejo del sobrepeso y la obesidad casi exclusivamente mediante la construcción de dietas específicamente diseñadas, hoy este enfoque ha variado considerándose al ejercicio físico como un factor significativo en el tratamiento y, sobre todo en el mantenimiento, sin menospreciar el valor de la dieta aunque restándole la importancia única que le fue atribuída casi con tanta relevancia en tiempos pasados.
El incremento en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en las últimas décadas ha sido pensado como resultado de las siguientes circunstancias tomando en cuenta que el genotipo humano poco ha cambiado en las pasadas 2-3 décadas.

Factores que contribuyen a la Prevalencia de Obesidad Hipótesis:
1- una larga proporción de la población que consume más calorías que individuos de generaciones pasadas sin un cambio en el gasto
2- un gran número de personas tiene un exagerado y anormalmente bajo gasto energético pese a una ingesta calórica normal
3- otros aún teniendo una ingesta calórica baja en comparación con generaciones pasadas tienen, en promedio, gastos aún menores.

El nivel de actividad física parece ser, hoy, un mejor predictor de la ganancia de peso que la cantidad de grasas o calorías incorporadas con la dieta.
La epidemia estaría determinada, entonces, por una reducción de la actividad física asociada con el modo y estilo de vida más sedentario que nos impone la sociedad moderna. No estaría relacionada con la tasa metabólica de reposo ni con la termogénesis inducida por la dieta.
En otro orden se conoce que este sesgo epidémico puede ser prevenido o modificado porque parece ser que la injerencia de la herencia de obesidad o de contenido de grasa corporal es sólo moderada ya que la prevalencia de sobrepeso y obesidad ha ido incrementandose y lo seguirá haciendo y todo ello en un periodo demasiado corto para ser pensado como cambios en la frecuencia de los genes o la susceptibilidad de los allelos.
Estudios en gemelos demostraron que la dieta y el hábito activo están por encima de las determinaciones impuestas por el genotipo. Por lo tanto un estilo de vida activo es una piedra fundamental en la estrategia de prevención, mas aún hay razones para creer que el balance energético será más fácil de obtener si se asocia una dieta restringida en grasas ya que, en particular el balance entre ingestión y oxidación lipídica, se hace más difícil cuando la dieta diaria es alta en grasas.

También es conocido el estudio de los Pima Indians quienes, viviendo en Arizona tienen un nivel de obesidad y diabetes tipo II de los más altos del mundo, no así viviendo en México, esto sugiere fuertemente que el medio ambiente y el estilo de vida tienen el más alto impacto sobre el peso corporal relacionado a la altura. Cuáles son las herramientas para el control de la epidemia:

Herramientas para el control de la epidemia

1 promover la dieta regular y sana
2 evitar los snacks de alto valor calórico
3 tomar agua en lugar de bebidas con contenido energético
4 reducir la grasa de la dieta a no más del 30% del total calórico
5 reducir el tiempo de ver televisión
6 caminar más y participar más en deportes y en actividades recreativas que consuman energía

Parece muy simple modificar la tendencia epidémica, sin embargo uno debiera cambiar el curso de las naciones que progresivamente se vuelven más confortables con un estilo de vida sin esfuerzo debido al desarrollo tecno y un consumo casi ilimitado.

En síntesis el crecimiento del sobrepeso y la obesidad aparece como un efecto colateral de la modernización a la vez que una tendencia natural de nuestra especie. Finalmente todo recae en el balance calórico y es ahí donde por largo tiempo equivocamos el camino apuntando hacia el estudio del numerador de la ecuación del balance calórico mientras que ahora potenciaremos la optimización del denominador, o sea el gasto

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